Unos químicos han podido detectar y medir restos de drogas y de ciertos medicamentos en las aguas del alcantarillado a su paso por 33 plantas de tratamiento de aguas residuales en Suecia.
Los análisis hechos por estos químicos, de la Universidad de Umea en Suecia, han revelado la presencia, en concentraciones medibles, de cocaína, anfetaminas y metanfetamina (también conocida como "Speed"), en la mitad de las ubicaciones peinadas.
Cuando una persona consume una droga, u otras sustancias, el sistema disgestivo la excreta posteriormente, ya sea intacta o en forma de metabolitos, y termina en las aguas residuales. Tomar una muestra de agua del alcantarillado a su llegada a las plantas de tratamiento de aguas residuales y medir los niveles de drogas presentes en ella puede proporcionar una idea del consumo de drogas en una ciudad y fecha particulares.
El método ya ha sido usado anteriormente, en Suecia y otros países, y complementa a otros sistemas para estimar el consumo de drogas en una sociedad.
Lo singular del estudio llevado a cabo por el equipo de Marcus Östman, es que la técnica se ha empleado para peinar puntos en todo el país. Las mediciones anteriores en Suecia sólo se habían aplicado a una zona y para un número limitado de sustancias. Además, los autores del nuevo estudio han desarrollado una medición más rápida y más económica para llevar a cabo este tipo de análisis.
Las mediciones se realizaron en un día. Las concentraciones fueron en general bajas en comparación con las reveladas por estudios similares en otros países europeos.
Los resultados fueron los esperados, aunque las variaciones entre ciudades y regiones diferentes de Suecia fueron sorprendentemente grandes, tal como explica Östman. Por ejemplo, algunos municipios pequeños tenían niveles bastante altos de metanfetamina, una droga muy peligrosa.
El nivel más alto de cocaína y anfetaminas fue registrado en Gotemburgo, la ciudad más grande en el estudio. Los análisis de datos revelaron entonces un patrón diferente. El contenido de metanfetamina parecía no estar correlacionado de manera alguna con el tamaño de la ciudad. Por ejemplo, el municipio de Köping resultó tener la mayor concentración de metanfetamina.
En la investigación también han trabajado Jerker Fick, Elin Näsström y Richard H. Lindberg.
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