Investigadores de la Universidad de Pittsburgh han aportado la primera evidencia experimental de una alta presión interna, del orden de decenas de veces la presión de la atmósfera a nivel del mar, dentro del citado virus.
Estos científicos han descrito cómo el virus del herpes simple tipo 1 entra en las células, se enlaza en los puntos adecuados sobre el núcleo e inyecta el ADN por medio de la alta presión generada por el empaquetamiento hiperprieto de la cápside, la coraza dura que alberga al genoma viral.
Ya se sabía que varios virus que infectan a bacterias, llamados bacteriófagos, utilizan el mismo mecanismo de alta presión para disparar su ADN dentro de los núcleos bacterianos.
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